Es quizás, entre las “avispas portasierra”, la
especie que presenta una mayor distribución en la Península Ibérica.
Sus adultos son fáciles de observar desde
finales de abril hasta mediados de julio en prados y claros en áreas boscosas,
donde acuden a alimentarse del polen de numerosas umbelíferas.
Es una especie
con un importante dimorfismo sexual, hallándose las hembras brillantemente
coloreadas en tonos amarillos y negros frente a los machos casi negros por
completo.
En: lepidopteros.com
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