Un año más hemos tenido la suerte de ver como el Colirrojo Tizón elegía nuestro porche para construir su nido.
En cuanto lo vimos ir y venir en su afán de crear un agradable y cómodo lugar en donde establecer su nidada, decidimos salir al porche lo menos posible para no incordiar su labor.
Pasados unos días tuvimos el premio de poder disfrutar de la hermosa visión de estos cuatro escandalosos polluelos que de vez en cuando nos despertaban con sus llamadas de atención a sus padres con el fin de obtener alimento.
Como podéis observar en la fotografía de la derecha, el papá colirrojo alimenta a un de los pequeños.
Esta tarea la realizan indistintamente el macho y la hembra; es curioso observar el interminable ir y venir de los padres para intentar acabar con el insaciable apetito de los voraces pequeñuelos.
En esta otra fotografía podéis observar a la mamá colirrojo descansando de una de sus idas en busca de comida para los peques.
Podéis observar igualmente el dimorfismo sexual que es tan acentuado en esta especie.
Y aquí, a la derecha está el papá colirrojo que acaba de alimentar a sus retoños y se toma un respiro para volver a volar en busca de algún gusano o insecto con los cuales poder llenar el buche de los ruidosos hambrientos que no dejan de pedir más.
Y por si fuera poco para alegrarnos, resulta que aquel nido que patentó José Antonio Domínguez y luego nos regaló para probarlo, resulta que ha dado sus frutos y una pareja de Carboneros Comunes lo ha elegido como su nidada ideal.
Así que tenemos polluelos creciendo a ambos lados de nuestra vivienda y las mañanas se han hecho muy sonoras.
Como en el caso de los colirrojos, los carboneros no paran de ir y venir, saliendo y entrando de su nido, con lo que disfrutamos doblemente.
No queremos molestarlos en absoluto y es por eso que no hemos querido subir al árbol para abrir la caja-nido y comprobar cuántos pequeños han nacido. Puede más no intranquilizar a la pareja de carboneros, aunque sea un instante, que nuestra curiosidad por saber la cantidad de polluelos de esta nidada.
En las imágenes que podéis observar a continuación, un adulto saca del nido un saco fecal (para mantener la limpieza del mismo).
La caja nido o nidal artificial es un diseño experimental modelo "Barracuda". Realizada con listones de madera de 25 mm; tiene la característica de que se monta fácilmente realizando sólo cortes rectos al listón.
La caja susodicha es de doble compartimento y tiene orificios de entrada de diferente diámetro para ver qué dimensiones prefieren sus inquilinos.
Que chulada de vecinos, esos se pueden aguantar sin problemas.
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