El género Lotus sp. comprende unas 100 especies distintas, dentro de las cuales el Lotus corniculatus es la más interesante en cuanto a aprovechamientos forrajeros.
Se trata de una especie perenne generalmente con la base leñosa, de talla variable hasta los 40cm de longitud, aunque se suele quedar en los 20 cm por su porte decumbente y rastrero. Tras su primer año de crecimiento desarrolla la corona de la que nacen axilarmente las ramificaciones. De ésta también surge una raíz pivotante.
Presenta hojas sésiles (sin peciolo) de cinco foliolos dispuestos como los dedos de una mano: uno terminal, dos opuestos y otros dos en la base del raquis, a modo de estípulas desarrolladas. Los foliolos alcanzan una longitud nunca superior a los 17 cm, con una forma ovoidea.
El pedúnculo en el que se inserta la inflorescencia en umbela es de origen axilar. Su corola es amarilla, con la forma típica que presentan las leguminosas: de simetría zigomorfa con cinco pétalos (estandarte, quilla y dos alas). El cáliz presenta sépalos de igual longitud y derechos. El androceo no cuenta con más de 11 estambres.
El fruto es una legumbre de dehiscencia longitudinal, de menos de 4 mm de grosor. Tiene la forma característica de una pata de pájaro (carácter del cual toma su nombre común en inglés: “birdsfoot trefoil”). La legumbre contiene de 10 a 30 semillas y tiene un alto grado de dehiscencia en la madurez, retorciéndose en forma de espiral, especialmente cuando su humedad es inferior al 40%.
Su semilla es redonda de 1 a 1.5 mm de diámetro, de color marrón a veces punteadas de violeta.
El fruto se desarrollará rápidamente tras la fecundación, virando a color púrpura tras 1 semana, color verde oscuro a los 15 días, verde claro a los 22 días, marrón claro a los 28 días y por último marrón oscuro a los 32 días.
Su crecimiento primaveral parte desde las yemas de la corona y desde las yemas axilares de los tallos recortados. El crecimiento no se detiene en las fases fenológicas más avanzadas, siendo capaz de desarrollarse vegetativamente aún después de la floración. Este desarrollo ininterrumpido es el responsable de la baja acumulación de sustancias de reserva tanto en la raíz como en la corona.
Al llegar el otoño el fotoperiodo decreciente detiene el desarrollo de los tallos axilares y es cuando el volumen de reservas aumenta discretamente.
Su crecimiento es más lento que el de la alfalfa, ya que ésta presenta un mayor índice de área foliar (IAF), una mejor geometría en la distribución foliar y por lo tanto una mayor eficiencia en el uso de la luz.
En: wikipedia.org
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