Durante la Edad Media se consideró al hinojo como una planta mágica, capaz de deshacer los designios de la brujería. Era costumbre, la víspera del solsticio de verano, colgar un manojo de hinojo en la puerta de la casa para ahuyentar los malos espiritus.
EL hinojo es una planta que puede medir más de metro y medio de altura, muy aromática, con las hojas plumosas y las flores amarillentas. Esta planta nativa de la cuenca mediterránea, resulta poco exigente a la hora de escoger terreno para su crecimiento, puesto que crece habitualmente en las cunetas, al borde de los caminos, en campos sin cultivar y en zonas cerca de la costa.
Forma un rosetón en el suelo, del que parte un tallo largo y robusto de color verde claro. Las ramas crecen en forma de vainas que posteriormente se vuelven como hojas afiladas y muy ramificadas. El fruto (semilla) es muy pequeño, alargado y ligeramente curvo y desprende un agradable olor a anís. Como hierba aromática se utilizan los tallos y las hojas picados, como especia, las semillas secas y como hortaliza, el bulbo.
La floración se produce a partir de junio, y las flores se disponen en vistosas umbelas formadas por pequeñas flores amarillas. En julio aparecen los primeros frutos (semillas) que adquieren una coloración amarilla a medida que maduran, momento en el que se procede a su recolección. De las semillas se obtiene el aceite esencial.
Las semillas se utilizan secas y se combinan con una serie de platos como pueden ser tartas, panes y pasteles, curries (en este caso se muele) y pescados (caballa, arenque y salmón). Los bulbos se utilizan como ingrediente de numerosas recetas haciendo los platos más fáciles de digerir.
En: Wikipedia
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