El Herrerillo Común es uno de nuestros pájaros más encantadores. En los primeros días de buen tiempo, cuando el macho se lanza en vuelo nupcial desde la copa de un árbol, utilizando sus azuladas alas como si fueran un paracaídas, su plumaje, pecho amarillo azufre y capirote azul. El Herrerillo Común se limita aún más que el Carbonero Común a los árboles de hoja caduca y suele evitar los bosques sombríos de coníferas. Desde febrero la cavidad del nido, frecuentemente muy estrecha, es elegida y defendida contra los otros parus.
Silenciosos en verano, sobre todo en los países mediterráneos donde sólo se les oye a primeras horas de la mañana, los herrerillos comunes vuelven a hacerse vivaces en septiembre. En esta época se registran con frecuencia grandes bandos de estas aves.
Estas migraciones son irregulares, según los años y los sectores geográficos en cuestión. Disminuyen en invierno, tiempo de hambre para el Herrerillo Común, que es sobre todo insectívoro y que busca entonces, encarnizadamente, larvas y ninfas ocultas bajo las cortezas y las hojas caídas.
Su costumbre de utilizar cajas para anidar ha motivado que su nidificación se haya visto notablemente favorecida.
Identificación:
Alas, cola y capirote azules; mejillas blancas; dorso verde y partes inferiores amarillas; sexos iguales.
Nidificación:
Cría en agujeros de árboles, cajas para anidar o huecos en muros; ambos sexos reúnen musgo, hierbas, pelo y lana para material del nido; puesta, de abril a mayo, de 8 a 15 huevos blancos con puntos pardo rojizos; incubación, sólo por la hembra, alrededor de 14 días; ambos progenitores alimentan a las crías, que vuelan después de unos 19 días.
Alimentación:
Sobre todo pulgones, orugas y otros insectos; algunos frutos, granos y semillas.
En: www.pajaricos.es
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