La culebra viperina (Natrix maura) adquiere su nombre por su
parecido a una víbora en forma y color. Efectivamente, su cabeza, de forma
triangular y generalmente con una mancha en V, es inusual para una culebra. En
ella los ojos, naranjas con la pupila redonda, están situados de forma muy
adelantada. Su cuerpo es grueso y su cola corta; llega a medir un metro aunque
su longitud media es de 70 cm .
La hembra es algo mayor que el macho.
Tiene una coloración en zigzag, variable entre
amarillo-grisáceo y pardo-verdoso, aunque algunos ejemplares presentan matices
rojizos. Este patrón recorre el dorso entre manchas oscuras con el centro
claro. Su vientre es blancuzco o rojizo, a veces con tonalidades amarillentas.
Realiza la puesta a principios del verano en
oquedades que encuentra en las riberas de los ríos. Los huevos eclosionan en
septiembre. De octubre a abril hiberna en galerías.
De gustos acuáticos, habita en las orillas y riberas de
charcas y ríos. Se alimenta de las presas que encuentra bajo el agua, sobre
todo renacuajos, peces y ranas.
Está presente en toda la Península Ibérica excepto
algunas zonas costeras de Asturias y norte de Galicia; siempre está cerca del
agua por lo que no es posible encontrarla en zonas secas.
Esta culebra no es venenosa, aunque adopta una postura
defensiva imitando el ataque de las víboras si se la molesta, silbando y
lanzándose hacia adelante aplanando la cabeza, y emite un olor desagradable o
vomitan para ahuyentar a posibles depredadores. Nunca muerde; ni siquiera llega
a abrir la boca para atacar.
Aunque no está particularmente amenazada, su
supervivencia depende de la calidad de los ecosistemas acuáticos.
En: faunaiberica.org
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