Este escarabajo que nos hemos encontrado en las cercanías de Litago es uno de los muchos pertenecientes a la familia de los tenebriónidos.
Los tenebriónidos (Tenebrionidae) son una de las grandes familias de coleópteros con unas 20.000 especies descritas. Su tamaño oscila entre 1 y 80 mm ; son predominentemente de coloraciones oscuras, de donde deriva su nombre. Son básicamente detritívoros y son especialmente diversos en ambientes esteparios y desérticos.
La mayoría de las especies son de color negro o marrón, pero no faltan las coloraciones vistosas. Las antenas tienen normalmente 11 segmentos y son relativamente cortas. Tiene cinco artejos en los tarsos anteriores y medios, y cuatro en los posteriores (fórmula tarsal 5-5-4, raramente 4-4-4); las antenas se insertan bajo un saliente lateral de la frente. El abdomen tiene 5 esternitos visibles, los tres primeros unidos e inmóviles. Los élitros presentan usualmente costillas longitudinales. Muchas especies poseen glándulas defensivas en el abdomen que producen secreciones repugnantes de carácter defensivo. Las larvas son cilíndricas y están bien esclerotizadas.
Varias especies de los géneros Tenebrio, Palorus, Gnathocerus, Tribolium, Alphitophagus, Clitobius, etc., etc., son cosmopolitas y constituyen graves plagas para los productos amiláceos almacenados (harina, arroz) o cultivos.
Están perfectamente adaptados a la falta de agua; poseen una cutícula muy gruesa y durante el día se refugian bajo piedras o se entierran en la arena para evitar la desecación; son un eslabón clave en la cadena trófica, ya que son la base de la alimentación de numerosos reptiles y aves.
Se hallan distribuidos por todo el mundo, excepto en las regiones polares; la mayoría son malos voladores y muchos tienen las alas reducidas o atrofiadas, por lo que su capacidad de dispersión es limitada; ello ha propiciado la proliferación de numerosos endemismos con áreas de distribución muy restringidas limitadas a hábitats concretos.
En la península de Yucatán, México, se utiliza un coleóptero de esta familia, al que se denomina Makech en lengua maya, como una especie de joya viviente. Por tratarse de una variedad endémica y estar en riesgo de extinción, se ha prohibido su recolección y su uso en joyería.
Con antenas filiformes, en algunas especies los ojos están completamente divididos, produciendo una porción dorsal y otra ventral.
Cuerpo de 1-2 mm a 50 mm de longitud.
Forma corporal variable, desde alargada y delgada hasta convexa y muy robusta o incluso extremadamente aplanada.
La mayoría de las especies son negras o color café oscuro, aunque algunas están marcadas llamativamente, con rojizo o amarillento, y otras son de color azul, verde o rojo metálicos.
Los tenebriónidos son, principalmente, consumidores de materia vegetal muerta. Los adultos son primariamente nocturnos y es común encontrarlos en troncos y ramas de árboles vivos o muertos, especialmente en aquellos que han caído. Otras especies se las encuentra en el suelo. Muchas son atraídas a las luces. Las larvas son principalmente de forma cilíndrica y alargada con la cutícula coriácea, semejando superficialmente a las larvas de Elateridae. En América Central generalmente se encuentran en madera podrida, o menos comúnmente, en el suelo.
Los Tenebrionidae incluyen varias especies introducidas de distribución amplia, tales como las especies del género Tribolium, que infestan granos almacenados. Especies del género Alphitobius son comunes alrededor de granjas donde hay gallinas, y algunas veces se alimentan de las larvas de mosca que se reproducen en el estiércol. Las especies del género Zophobasse alimentan de guano de murciélago y son encontrados algunas veces en los lugares donde los murciélagos descansan. Muchos tenebriónidos producen secreciones defensivas que contienen quinonas y otras sustancias repelentes. Estos químicos los almacenan en sacos internos cerca del extremo del abdomen y los liberan cuando se los molesta.
En: axxon.com.ar
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