Los opiliones son artrópodos que por su aspecto se confunden con arañas con unas enormes patas. Sin embargo aunque pertenecen a la clase de los arácnidos, no pertenecen al orden de las arañas. Forman un grupo taxonómico con sus características propias, con más de 6500 especies conocidas y una antigüedad de al menos 400 millones de años.
Una de las características para diferenciarlos de las arañas se encuentra en la parte que une el cefalotórax (parte anterior) y el abdomen (parte posterior). En los opiliones es amplia mientras que en las arañas es estrecha confiriéndole el aspecto ovalado del abdomen. A pesar de lo que se pueda pensar, no son venenosos y entre sus habilidades no se encuentra la de hacer seda o telarañas.
A diferencia de las arañas que sólo comen alimentos líquidos, los opiliones también pueden hincar el diente a la comida sólida. Si les miráis a los ojos descubriréis que sólo presentan un par de ellos mientras que las arañas pueden llegar hasta cuatro. En su anatomía interna podemos destacar que la respiración se realiza por tráqueas. Por contra, en las arañas aparece un tipo especial que se basa en unos órganos conocidos como pulmones en libro. De los opiliones también podríamos destacar el tipo de cópula que es de tipo directa que en los machos se manifiesta con la presencia de un pene.
Entre sus parientes arácnidos aún sigue imperando las cópulas indirectas.
Cuando se sienten amenazados optan por hacerse los muertos o se desprenden de alguna de sus patas. De la misma manera que las lagartijas con las colas, usan sus patas como señuelos contra sus depredadores. Lo más agresivo que harán será lanzar alguna sustancia olorosa desagradable.
Así que si los veis por el campo, no os asustéis. Estos animalitos sólo quieren comer pequeños insectos, bocados de plantas, hongos, carroña y excrementos. Sin olvidarse de la cópula directa.
En: drosophila.es
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