El alcornoque es una especie de árbol que no es
corriente en nuestra comarca. El que podéis observar en las fotografías fue
plantado por los monjes del Monasterio de Veruela en los campos de los
alrededores.
Es un árbol de porte medio, de hoja perenne,
nativo de Europa y del norte de África. Muy extendido
antropomórficamente por la explotación de su corteza de la que se
obtiene el corcho. El alcornoque suele conocerse coloquialmente,
especialmente los ejemplares jóvenes, como chaparro.
Características:
Sus hojas tienen de 4 a 7 cm de longitud, pueden ser
lobuladas o aserradas, de color verde oscuro en el haz y más claras por el
envés. Sus bellotas son de 2
a 3 cm
de longitud.
Tiene una corteza gruesa y rugosa. Con el
tiempo la corteza llega a tener un grosor considerable, y se puede recolectar
de 9 a 14
años, según la calidad de estación en que se encuentre corcho, sobre todo por
la cuantía y distribución anual de precipitaciones. El grosor óptimo de
recolección lo marca el diámetro de los tapones, puesto que es el producto
obtenido del corcho con mayor valor añadido.
Un tapón estándar tiene 24 mm , por lo que un grosor
óptimo de corcho sería de unos 30
mm . La recolección del corcho no daña en absoluto al
árbol, ya que puede volver a producir una nueva capa, haciendo el recurso
totalmente renovable. El árbol se cultiva extensamente en España,Portugal,
españa, Argelia, Marruecos, Francia, Italia y Túnez. Los alcornocales cubren
una superficie de 2,5 millones de hectáreas en estos países. Portugal tiene el
50% de la producción mundial, y en este país la tala está prohibida excepto por
gestión forestal o para árboles viejos e improductivos.
Los chaparros viven entre 150 y 250 años. El corcho
bornizo es el que se obtiene en la primera recolección, que se hace cuando el
árbol alcanza los 30-50 años de edad. A partir de entonces se puede recolectar
cada 9-14 años. La recolección del corcho es completamente manual.
La industria europea del corcho produce 340.000
toneladas de corcho al año, por un valor de 2,5 millones de euros (a un valor
promedio de 0,7 céntimos de euro por kilo de corcho), y da empleo a 30.000
personas (con una excelente relación de un empleo creado por cada 83 euros de
corcho). Los tapones para vino representan un 15% del uso del corcho en
peso, pero representa un 80% del negocio.
El alcornoque es uno de los componentes
del bosque mediterráneo y demanda climas de inviernos más suaves y
húmedos que la encina, que en gran medida lo sucede conforme se va continentalizando el
clima. Una de las razones es que la bellota del alcornoque se produce en los
meses de septiembre (migueleñas) hasta enero, cuando las heladas son mucho más
frecuentes.
El desarrollo del corcho parece ser fruto de la
evolución de la especie para la protección contra el fuego, frecuente en este
clima de veranos tan secos.
Su interés económico permite la conservación de
extensas zonas de monte allí en los países donde habita, así como su desarrollo
sotenible. La bellota es usada por una amplia variedad de animales para
alimentarse, desde no migratorios hasta invernantes, como las grullas.
En el Parque nacional de Doñana, la zona de más alto valor ecológico,
conocida como Las Pajareras, es una formación de gigantescos alcornoques
dispersos en el límite del monte con la marisma. El alcornoque y su
aprovechamiento sostenible también favorece la conservación de sistemas adehesados de
gran valor ecológico.
La madera de alcornoque se ha utilizado
tradicionalmente para hacer carbón vegetal, aunque no con tan buen
resultado como la encina.
Sus frutos, las bellotas, son amargas y por lo
tanto no son comúnmente utilizadas como comestibles, pero se utilizan para
cebar animales, sobre todo a los cerdos ibéricos. Alimentando a los cerdos
a base de, consecutivamente, bellota de melojo, quejigo, encima y
alcornoque se consigue un recebo de varios meses que da una calidad
excepcional al jamón resultante.
En el norte
de África puede formar bosques puros. El mayor alcornocal del mundo es el
de La Mamora en Marruecos.
Quercus suber fue descrita por Carlos
Linneo y publicado en Species Plantarum 2: 995. 1753.
Etimología:
Quercus: nombre genérico del latín que
designaba igualmente al roble y a la encina.
suber: epíteto latín que significa
"corcho".
Sinonimia:
Quercus mitis Banks ex Lowe, Trans.
Cambridge Philos. Soc. 4(1): 15 (1831).
Quercus corticosa Raf., Alsogr. Amer.: 24
(1838).
Quercus occidentalis Gay, Ann. Sci. Nat., Bot.,
IV, 6: 243 (1856).
Quercus suberosa Salisb. in A.P. de
Candolle, Prodr. 16(2): 392 (1864).
Quercus subera St.-Lag. Ann. Soc. Bot. Lyon 7:
133 (1880).
Quercus cintrana Welw. ex Nyman,
Consp. Fl. Eur.: 662 (1881).
Quercus sardoa Gand, Fl. Eur. 21: 58 (1890),
opus utique oppr.
Quercus occidentalis f. heterocarpa Globa-Mikhailenki,
Byull. Glavn. Bot. Sada 80: 29 (1971), no latin descr.
En: es.wikipedia.org
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