El Milano
Real tiene el privilegio de ser la más elegante de nuestras rapaces y una de
las aves más características de nuestra fauna. Su área de distribución cubre la
mitad de Europa y sectores de África del Norte, pero no se encuentra en ninguna
otra parte del mundo.
Buen velero
y normalmente poco arisco, ofrece el espectáculo fascinante de su absoluta
maestría en el aire. Durante las paradas nupciales la pareja acompaña sus
acrobacias veleras con dulces relinchos: «hiou-hiou-hiouou». El nido es un buen
montón de ramas, guarnecido de tierra, lana, musgo y toda clase de trozos de
papel e incluso de plásticos.
Con
frecuencia el Milano Real forma parte de las partidas de carroñeros que
recorren los campos a la espera de reses muertas; junto a los cadáveres se le
ve con buitres, córvidos y su pariente el Milano Negro, con el que compite
fuertemente por los lugares de nidificación, en determinados emplazamientos, ya
que, en general, el Milano Negro es mucho más abundante y común en época de
cría. Sólo en invierno, a causa de las muchas aves de su especie que llegan de
otros puntos de Europa, puede verse al Milano Real por todas partes.
Identificación:
Plumaje
castaño rojizo con cabeza blancuzca listada; cuerpo grácil; alas estrechas,
agudamente acotadas hacia atrás en vuelo; cola profundamente ahorquillada;
hembra ligeramente más oscura.
Nidificación:
Ambos sexos
construyen nido de palos y tierra, en árbol, frecuentemente en nido antiguo de
córvido; puesta, de marzo a mayo, usualmente 2 ó 3 huevos blancos con motas
rojo acastañadas; incubación, de 28 a 30 días sólo por la hembra; los pollos
alimentados por ambos padres, dejan el nido después de unos 50 a 55 días.
Alimentación:
Pequeños
mamíferos, conejos, carroña, aves jóvenes, a veces lombrices y ranas.
Hábitat:
Bosques.
En: pajaricos.es
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