Es una hierba anual de la familia ranunculáceas, propia de los campos de cereales y márgenes, donde destaca por el rojo intenso de sus flores que compiten con aquel de las amapolas (Papaver rhoeas, Papaver hybridum).
Sus hojas son 2 o 3 veces divididas hasta llegar a segmentos laciniados. Las flores son radiadas, de unos 2-3 cm de diámetro y con un número indeterminado de piezas por verticilo. Sépalos y pétalos, ambos lucen color rojo escarlata, brillante en la cara interior; aunque los sépalos son menores, más oscuros y con una corta pilosidad dispersa en su cara exterior.
También llamada “La gota de sangre”, es una planta más bien rara que por su rojo escarlata no puede pasar desapercibida. Probablemente había sido más frecuente unas décadas atrás, antes de la intensificación de la agricultura cerealista. Igual que la mayoría de ranunculáceas, la gota de sangre es una planta tóxica para el ganado.
En: ichn.iec.cat
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