viernes, 30 de noviembre de 2012

Cortinarius rubicundulus


Es una especie que, por lo que nos consta, crece sólo bajo planifolios con preferencia por la encina. No es común en todas las zonas, pero pensamos que suele encontrarse más frecuentemente de lo que corrientemente pueda pensarse. Se presenta desde el verano tardí­o hasta el otoño.


No existen pruebas precisas de su toxicidad. Sin embargo, la prudencia aconseja evitar consumir este Cortinarius y otros semejantes por su similitud con especies sumamente peligrosas.


Es de tamaño mediano; puede medir entre 34 cm en el diámetro del sombrero, mientras el pie, en la parte ensanchada, es un poco inferior y su longitud algo superior a la medida dada para el sombrero.

Se diferencia de especies a las que puede asemejarse, ya descritas anteriormente, por su aspecto esbelto, sombrero redondeado y pie ensanchado y por el color más vistoso, rojo-amarillo, del pie y del sombrero, que además están decorados de manera particular, distinta.

El sombrero tiene forma redondeada, irregular, hemisférica, luego más abierta pero rara vez extendida. Está marcado por decoraciones fibriloso-escamosas bien diferenciadas, de color cobre o rojo-marrón.

 La superficie es bastante brillante. Las laminillas son amarillentas, luego ocre por las esporas, ni muy apretadas ni muy separadas, adheridas al pie, a veces, con principios de decurrencia. El pie, ensanchado hacia la base, es bastante regular, amarillento y decorado por fibrillas alargadas que trazan figuras semejantes a una llama sobre toda su longitud. La decoración es más vistosa en la parte baja.

La carne es de color claro, pero al corte se tiñe de amarillo de manera vistosa; masticada, en contacto con la saliva, adquiere un bello color naranja (¡no ingerir el trozo que se ha probado!). No tiene olores ni sabores particulares.

Valor gastronómico:

SOSPECHOSA

Atención: decoraciones fibriloso-granuladas en el sombrero y en el pie.













En:   rednaturaleza.com


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