Árbol esbelto y de gran talla de hasta 40 m, de tronco derecho y columnar, desprovisto de ramas en la parte inferior. Porte cónico-piramidal, truncado en individuos viejos. Corteza cenicienta o blanquecina con vesículas resinosas, que se agrieta en los ejemplares viejos y se desprende en placas.
Las ramas tienden a la horizontalidad. Hojas lineares, planas flexibles, e hasta 3 cm de longitud y 2mm de altura. El envés posee dos bandas estomáticas blancas bien marcadas. El ápice de la hoja es romo o escotado, lo que las distingue el tejo. Van insertadas en la ramilla de forma helicoidal pero por torsión del peciolo se disponen en dos filas opuestas, en un solo plano.
Los conos masculinos globosos o alargados (3 cm) de color rojizo o amarillento, van agrupados en la parte inferior del extremo de las ramillas y dirigidos hacia abajo. Los conos femeninos, verdosos, erguidos y solitarios, van en las ramas superiores.
En la madurez las piñas cilíndricas, también erguidas, de hasta 20 cm de longitud y 5 m de grosor, están formadas por dos tipos de escamas: Las tectrices o protectoras y las fértiles, que albergan dos piñones cada una. Las tectrices poseen un apéndice estrecho y revuelto y ocultan a las fértiles.
Tras la madurez las escamas se desprenden y queda el eje o raquis de la piña. Los piñones, de unos 3 mm de longitud, poseen una gran ala trapezoidal.
La floración se produce en primavera. Maduran las piñas en el otoño del mismo año.
Forma bosques mixtos con pinos silvestres o con hayas. También abetales puros en exposiciones umbrías y laderas orientadas al norte. Se muestra indiferente al sustrato. Requiere suelos profundos que conserven la humedad en verano. Vive entre los 900 y 1800 m de altitud.
En:"Árboles"(Colección Guías de Campo de Aragón") Nº 1. Primera edición marzo 2011.
Coordinación José Antonio Domínguez. Ed. PRAMES S.A.
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